Una historia de éxito
Hace más de cuatro décadas, dos entusiastas socios y amigos, Rafael Navarro Grau y Jaime Uranga Bustos, acompañados de un grupo de comprometidos trabajadores peruanos, iniciaron juntos un camino que los conduciría a trazar una historia de esfuerzo, tenacidad y compromiso con el Perú.Visionarios y dispuestos a no cejar en su empeño de desarrollar una minería eficiente y productiva, fundaron Consorcio Minero Horizonte, aportando lo mejor de sus habilidades para gerenciar y liderar equipos junto con su interés de impulsar el crecimiento del país.
Estamos hablando de setiembre de 1978, y el Perú, en esa década, siendo depositario de una ancestral y milenaria herencia minera, aún no se abría al mundo y a nuevos mercados. Este contexto resultó un reto para los socios, quienes iniciaron las operaciones del Consorcio con el procesamiento de los relaves del antiguo Sindicato Minero Parcoy, cerrado desde 1960. Pese al esfuerzo y trabajo constantes, los resultados no llegaron al óptimo trazado, por lo que decidieron realizar labores de exploración en la mina, a la que bautizaron como “Fernandini”.
El incursionar en este rubro resultaría crucial en la historia de CMH: un; hallazgo puso al descubierto la veta Rosa Orquídea, rica en oro y tributaria del famoso Batolito de Pataz. Con ella, la tenacidad rindió finalmente sus frutos: se logró la primera producción de 1,600 onzas (50 kilos) de oro anuales.
A este hito en la vida de CMH le siguieron otros de cada vez mayor envergadura: ni bien se lograba el pico de 150 TMD, se fijaban una nueva meta de 400, 500, 1,500 TMD.
Juan Navarro Grau, actual presidente del Directorio de CMH, resume la manera en que los fundadores del grupo asumieron ese gran emprendimiento: “Hicieron empresa a través de sus valores y principios. Uno, visionario y soñador; el otro, buen administrador y realista. Ambos, aguerridos, arriesgados y tenaces, confluyeron con las virtudes del minero peruano tradicional y, a partir de esa alianza, Consorcio Minero Horizonte emprendió su camino”.
Cuatro décadas después, siguiendo esa línea de valores y visión de futuro, hemos crecido como grupo empresarial, ampliando nuestras operaciones extractivas a varias zonas auríferas del Perú, realizando nuestra propia exploración e investigación geológica e incursionando en la industria de generación hidroeléctrica.